domingo, 9 de febrero de 2014

Crónica de una clase de Spinning


  

   Es la hora. Me enfundo las mallas y mi camiseta de lycra ajustada, preparo la mochila con mi toalla, mi botella de agua y mis guantes. Arranco el coche camino del templo.

   Una vez allí respiro hondo y comienzo a sentir ese olor característico a sudor, jabón y colonia. Miro a mi alrededor y veo vida, veo motivación, veo sufrimiento y pasión.

   Me preparo en el vestuario, zapatillas, reloj y guantes,  guardo mi mochila  en la taquilla. Agarro mi toalla y mi botella de agua y saco pecho camino a la sala, al templo del sufrimiento y el placer. Me subo en la bicicleta mientras la gente va llegando y el monitor nos anima a comenzar a pedalear. charlas, risas y sonrisas mientras el monitor da comienzo a la sesión.

   


Nos muestra el gráfico de intensidad y da comienzo a la música. Pedaleo, subo resistencia y pedaleo, siento como mi cuerpo se siente incómodo y empiezo a notar mis folículos como se van abriendo, mi cuerpo está empezando a coger tono y calor.



   El ritmo avanza, la motivación llega a mi mente fusionada con la música acorde con el pedaleo. Sudor, caras de sufrimiento y dolor. El monitor comienza a motivarnos, a filosofear sobre lo que estamos sintiendo, vida, estamos sintiendo vida, me siento vivo.

   Llega el subidón, mi mente, el sudor y el dubstep se fusionan en una armonía de colores, olores, tensiones y presión. No puedo más piensa mi cuerpo cuando el monitor nos motiva para subir resistencia y subir en la bicicleta.

   De momento lo oigo, siento, cierro los ojos y disfruto con mis sentidos a flor de piel. Sí, lo estoy volviendo a sentir, la música entra por mis oídos estimulando mi mente, mente y corazón. Derrepente se me eriza la piel, siento que estoy en una nube, mi mente se fusiona con el opening de tomorrowland, esas voces colosales hacen que me evada entre resistencia y pedaleo. 

   No sé quien soy, no existe el dolor,  no existen los problemas, no existe nadie, solo estoy yo pedaleando y sintiendo esa melodía por mis venas, me encuentro en el éxtasis, me encuentro en el clímax. Abro los ojos y vuelvo a la realidad, gente a mi alrededor con cara de sufrimiento, el monitor apasionado y el olor a sudor se vuelve cada vez más intenso, no importa, vuelvo a cerrar los ojos y vuelvo a mi nube.

   De momento las luces se encienden, el monitor nos indica que bajemos resistencia y vuelvo al mundo real, he tenido una experiencia única, siento como que no existen los problemas, ya no soy de este mundo, estoy en un mundo dónde todo es de color de rosas, solo hace falta respirar profundo para notar como fluye la sangre por mis venas. He vuelto a tener esa experiencia, he vuelto a nacer, me encuentro vivo.

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