martes, 13 de agosto de 2013

La química del Amor



El Amor, esa palabra que nos hace sentir superiores con nada más escucharla, ese sentimiento que nos hace ''volar'', esa sensación de bienestar y de felicidad que recorre nuestro cuerpo cuando el Amor entra en nosotros y nos convierte en seres enamorados de una persona, animal, objeto, situación e incluso cosa, porque también se puede amar una situación o nuestro trabajo.

La definición de amor es tan compleja que no merece la pena entrar en ella, lo que nos interesa es la química del Amor, que es lo que hace que sintamos ''mariposas'' en el estómago cada vez que vemos a esa persona de la que estamos enamorados.

Pérdida de apetito, hiperreactividad, ''mariposas'', bienestar, subida de la tensión arterial, taquicardia, etc. Podríamos definir el Amor con algunas de esas sensaciones que nos hace sentir pero, ¿Qué me hace sentirme tan bien?.

El verdadero enamoramiento ocurre cuando nuestro cerebro produce un compuesto llamado feniletilamina, compuesto de la familia de las anfetaminas. Al inundar nuestro cerebro con esa sustancia, éste responde secretando dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir comportamientos que nos producen placer). Nuestro cerebro también segrega norepinefrina y oxitocina (sí, la hormona que estimula las contracciones uterinas preparto y la que hace que se produzca la leche materna en las mujeres, en este caso, sería un mensajero químico del deseo sexual). Todas estas hormonas trabajando al unísono producen esa sensación que te hace ''volar'' es cuando se puede decir que estamos enamorados. Además, estas sustancias actuando constantemente en nuestro cuerpo nos proporciona la habilidad de pasar horas y horas haciendo el amor o junto a nuestra pareja sin la más mínima señal de sensación de cansancio.


Este impulso y bombeo hormonal es tan fuerte que el momento del enamoramiento somos totalmente monógamos, pero estas sensaciones no van a perdurar por siempre (por desgracia) por lo que una vez termina, la razón ya vuelve a entrar en juego ya que biológicamente estamos condenados no sólo a buscarnos una pareja sino también a buscar sensaciones alternativas en personas de nuestro alrededor. ¿Somos entonces infieles por naturaleza?, biológicamente sí lo somos. Además, un estudio ha demostrado que en los sujetos estudiados, un 16% de los hijos no eran de sus padres legales.

Lujuria, Atracción y Unión

Estos tres sentimientos podrían estar ligados al enamoramiento, pero también en ellos son responsables diferentes hormonas y neurotransmisores que explican estos comportamientos.

La lujuria o deseo sexual es el producto de la testosterona, que es el causante del primer impulso que nos hace buscar pareja. De aquí que los hombres parecen más susceptibles a la acción de esta química ya que son los que más segregan esta sustancia y por tanto, ellos se enamoran más rápida y fácilmente que las mujeres.

La atracción vienen mediada por niveles bajos de serotonina y dopamina, este último es el neurotransmisor encargado de la sensación de bienestar, proporcionándonos sensaciones de seguridad, comodidad y paz. En este caso, las endorfinas (compuestos derivados de la morfina y otros opiáceos) son lo que proporcionan la mayor sensación de apego y seguridad en el ser humano. Es por ello por lo que se sufre tanto cuando perdemos a nuestro ser querido (desenamoramiento) al dejar de producir este narcótico tan potente.

La actividad de todas estas hormonas perdura 2 o 3 años, a veces incluso más, pero al final la atracción química decae y ya ''no se siente lo mismo'', en este momento es cuando las dudas de pareja surjen y el divorcio acecha en las relaciones, siendo el peor año para las relaciones el cuarto año de noviazgo.

Por último me gustaría hacer alusión a un estudio alemán que analizó los efectos del beso matutino de los cónyugues al despedirse por la mañana cuando marchaban a sus quehaceres diarios. el estudio concluyó que los hombre que besaban a sus mujeres antes de marchar pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más de salario e incluso ¡viven 5 años más!.


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